Otrora,
en una misión,
llegué
al planeta Plutón
y
encontré a una plutonisa
que
aunque no era una poetisa
me
compuso una canción.
No
me pasó inadvertido
el
ser tan bien recibido
por
tan gentil plutoniana,
y
cómo, de buena gana,
sin
habérselo pedido
me
prestó gran atención,
o
cómo en su condición
de
artista y compositora
me
compuso en buena hora
la
más hermosa canción;
que
solo un pero tenía,
por
no saber qué decía
la
letra de la tonada.
Algo
que casi me enfada
porque
ansioso suponía
que
era querido y amado,
pretendido
y codiciado
por
tan bella extraterrestre,
en
aquel planeta agreste
y
tan poco visitado.
Mas
todo fue un craso error,
pues
descubrí con pavor
que
mi destino fatal,
luego
de un canto ritual
danzado
al son del tambor,
era
el ser fagocitado
sin
piedad ni compasión,
con
deleite y con fruición,
luego
de haber sido asado
en
un horno de carbón.
Y
cuando ya sin salida
me
encamino hacia la muerte,
un
brusco golpe de suerte
consigue
darme la vida.
Suena
la alarma avisando:
¡¡Llegan
naves tritonianas,
que
junto a tropas marcianas
la
ciudad están cercado!!
Son
los saurios de Tritón,
fuertemente
armados
y
enemigos declarados
de
las huestes de Plutón.
Llegan
también a luchar
cuatro
legiones marcianas,
que
a las hordas plutonianas
tienen
cuentas que ajustar.
Con
espadas luminosas
y
con fusiles de rayos
ponen
en fuga a los malos
las
vanguardias victoriosas.
La
comandante marciana
al
día siguiente me cita;
a
su planeta me invita
y
acepto de buena gana.
Doy
las gracias con pasión,
pues
hubiera sido asado
si
no me hubiesen salvado
con
su oportuna invasión.
Y
después de aquel espanto,
luego
de a Marte llegar,
sueño
al fin con encontrar
un
amor lleno de encanto.
Eso
al fin aconteció,
pues
conocí a una marciana
que
en cuanto apenas me vio
ya
de mí se enamoró
y
de tenerme, se ufana.
De
color verde es mi Amor,
canta
como un ruiseñor.
Son
graciosas, son bonitas,
y
sustentan una flor
sus
brillantes antenitas.
Mas
de tanto ser amado
ando
un poco desvelado:
es
pasional y obstinada,
ama
con mucho entusiasmo
y
sólo alcanza el orgasmo
a
las seis de la mañana.